jueves, 24 de septiembre de 2015

Plegaria para un Hombre Nuevo

Plegaria para un Hombre Nuevo


Amo el lenguaje de las flores, 
la universal bandera de la paz,
la mano extendida del amigo 
y el rumor de la espiga al germinar,
Amo el verde vegetal de las praderas, 

al riachuelo que no acaba de pasar,
al sol que calienta los rebaños 

y que nunca se cansa de alumbrar.

Odio los cañones humeantes, 

los campos cubiertos de alambradas,
el fusil  en el hombro del  hermano, 

sin saber porqué tendrá que disparar.

No quiero la guerra, 

ni el dolor ni la tragedia.
Y no quiero la  tristeza que amilana el corazón,
no quiero la vida mutilada, 

no quiero las fronteras,
ni odiosas talanqueras, 

que sólo exista una bandera
y un ciudadano universal.






sábado, 19 de septiembre de 2015

Discurso en el Paraninfo de la Universidad de Caldas

Discurso en el Paraninfo de la Universidad de Caldas 

Discurso pronunciado en el evento de lanzamiento del libro ¨Clemente Díaz: música para guitarra¨ de Jorge Gonzalez Correa, ganador del premio nacional de investigación en música del Miisterio de Cultura de Colombia año 2009.

El acto de esta noche fortalece el espíritu y nos reconcilia con la vida.

El empeño de la Universidad de Caldas en promover la investigación sobre la obra de un compositor colombiano, para este evento la del maestro Clemente Arnaldo Díaz Sánchez, nos obliga a aceptar que persisten en nuestra sociedad valores que en el declive cultural del país presumíamos desaparecidos ya.

La globalización de moda ha vuelto universal las culturas de los países que producen la tecnología, al tiempo que arrasa las manifestaciones típicas, folclóricas y nacionalistas de los países pobres que les sirven de campo de expansión.

De todas las expresiones de las bellas artes, LA MÚSICA es sin duda, la victima principal de este proceso.

De un lado el afán mercantilista y especulativo de los empresarios del medio y la falta de formación cultural, logró deteriorar a niveles de asombro el gusto popular, y, del otro la piratería y el tráfico ilegal hicieron el resto.

La única batalla cierta y eficaz contra este azote de la modernidad para defender la cultura de los pueblos de economías débiles o dependientes hay que darla desde la Universidad, y esto es lo que hace la de Caldas y que materializamos y celebramos con este evento memorable.

El conocimiento es el remedio que rescata y restituye la dignidad y la superación de las comunidades y que hace iguales a los hombres.

Nuestros hijos y más aún nuestros nietos, la mayoría de la música que escuchan es extranjera, y, desconocen las canciones que arrullaron y cantaron sus padres y abuelos.

Un reciente informe de la Sociedad de autores y compositores de Colombia, Sayco, muestra la realidad del drama, el universo musical que se mueve en el país está integrado por ciento cincuenta mil canciones colombianas y tres millones de extranjeras. Uds., pueden sacar conclusiones.

Proteger y promover la cultura y la formación estética con base en una información científica y real es contribuir a formar mejores Colombianos, despertando el interés por conocer nuestra tradición e identidad.

La música es la parte melódica o cantada de la sociología. En ella los pueblos dejan la impronta de sus luchas, de sus procesos de desarrollo, de sus anhelos y tendencias, de sus formas y costumbres laborales, de cómo se vive el amor o como se sufre el desamor. La música es la cédula de identidad de los pueblos y naciones.

Todo el reconocimiento para la Universidad de Caldas.


Para el profesor y maestro Jorge González y para quienes conforman su equipo de investigación y de trabajo, felicitaciones por tan encomiable labor y por sus maravillosos resultados que facilitaran para los estudiosos de la música colombiana y para las instituciones docentes especializadas, un material invaluable en el acerbo e inventario del acopio artístico y cultural del país.
A los intérpretes que cumplen esta noche la tarea de comunicar la obra musical de Clemente a través de las guitarras y de su sensibilidad, nuestro reconocimiento y gratitud.

Ahora quiero, con el permiso de Uds., hacer una alusión personal. La vida me dio el regalo de conocer a Clemente cuando ambos éramos apenas unos mozalbetes.

El desde entonces dedicado con todo rigor al estudio de la música, y yo un bohemio empedernido, perdido en empeños inútiles, utópicos y románticos que después de mucho rodar me llevaron a ninguna parte.

En el libro que esta noche se entrega, consigno todo lo que pienso y siento por el artista, el amigo y ser humano excepcional que es Clemente.

Hoy la vida, diversa y variada, nos da la oportunidad de compartir este escenario maravilloso en un acto que nos honra y llena de justo orgullo.

Clemente puede sentir la satisfacción del deber cumplido. Y yo debo admitir en presencia de Uds., de manera cordial y fraterna la infinita alegría que siento por habérseme permitido hacer para su obra unas notas biográficas sobre una personalidad que conozco bien y con cuya amistad se enriquece mi existencia.

Para finalizar, ruego a ustedes el permiso para una intima confesión. Yo, como Uds., también tengo bajo el pecho un corazón que me late, a veces con dificultad pero late, y llego a Manizales, a “Manizales del Alma”, con la emoción que despierta en mi, saber que estoy en la tierra caldense, la tierra de mis antepasados, en la tierra que prodigó la vida a los seres que han constituido mi norte y mi guía y que son la razón de mis mayores afectos. Estar cerca de Salamina, la cuna de mi padre, me hace sentir su sombra protectora.

Un abrazo muy fraterno y afectivo para todos. Y para la universidad, mis respetos y agradecimientos por tan grandiosa gesta.

A Clemente mi eterno reconocimiento y admiración.