COPLAS AL CAFÉ
GARDEL
Por: Volney Naranjo Rodríguez
Todos
los días sin falta
Como
cumpliendo una cita
Vamos
llegando al Gardel
Al
caer la tardecita.
Es
el café de la esquina
De
la Av. 6 con
catorce
Antiguo
rincón caleño
Que
todo el mundo conoce.
Lo
fundó Alfonso López Correa
Fogoso
liberal de Florida,
Que
decidió estimular la Bohemia
En
los hombres de su aldea.
Allí
vamos llegando todos
De
condiciones diversas,
Unos
que escuchan atentos
Y
otros que siempre conversan.
Cada
quien ocupa asiento
En
la mesa de su grupo
Y
espera que empiece el tema
Y
que le llegue su turno.
Todos
los días se repite
Con
disciplina admirable,
La
reunión de gerontes
Que
siempre llegan de tarde.
Es
el sitio de tertulia.
A
veces de charla muy docta,
Donde
no existen reservas
Ni
a temas ni a palabrotas.
Cada
cual tiene el encargo
De
contar sus experiencias
Que
son largas y variadas
En
gente con tanta vigencia.
Todos
llegamos allí,
A
desempolvar nostalgias,
Viejos
saldos de recuerdos
Que
nos estrujan el alma.
Cada
cual tiene su pena
Como
la pena mayor.
Sin
saber la pena de otros
Que
la guardan por pudor.
El
café es un homenaje
Al
cantor Carlos Gardel
Y
muchos allí repiten
Que
nadie canta como él
Cuando
declina la tarde
Y
la brisa canta y refresca
No
hay tema que no aparezca
En
las mesas del Gardel.
Y
cuando López Correa
Empieza
el cuadre de caja
Cada
cual paga lo suyo
Y
sale con rumbo a casa.
Que
la vida nos conserve
Este
buen café Gardel
Es
el club de los sin club
Y
allí pasamos muy bien.
Malo era del café no de ese señor atan lo bien porque dañan todo ustedes
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